¿Qué significa ser un directivo reformista? ¿En qué se diferencia del liderazgo transformacional? ¿Cómo aplicarlo a tu empresa? Sigue leyendo y descúbrelo.
Directivos reformistas en pocas palabras
Un directivo reformista es un líder empresarial que busca implementar cambios significativos y positivos en una organización pero que siempre lo hace desde el equilibrio. Estos cambios pueden estar enfocados en mejorar la eficiencia, la productividad, la cultura organizacional o la adaptación a nuevas tecnologías y tendencias del mercado.
Los directivos reformistas se caracterizan por:
- Visión estratégica: tienen una clara visión de hacia dónde quieren llevar a la empresa y cómo lograrlo, buscando el equilibrio constante entre el optimismo y el escepticismo.
- Orientación a resultados: se enfocan en alcanzar metas y objetivos concretos, midiendo el progreso y ajustando las estrategias según sea necesario, centrándose siempre en el humano.
- Liderazgo evolutivo: inspiran y motivan a sus equipos a través de su visión y ejemplo, fomentando la participación y el compromiso.
- Adaptabilidad al cambio: son flexibles y capaces de adaptarse a los cambios del entorno, buscando constantemente nuevas oportunidades y soluciones.
- Mentalidad innovadora: promueven la creatividad y la experimentación, buscando nuevas formas de hacer las cosas y mejorar los procesos.
¿Pero qué significa realmente ser un directivo reformista?
Para Patricio Vergara, el directivo reformista busca llegar a un equilibrio entre el líder soñador y el líder escéptico o, dicho de manera más interesante, entre el Quijote y el Grinch. ¿Quién es el Quijote? Es el soñador, el que dice: si ladran, es porque estamos avanzando. ¿Y quién es el Grinch? El que dice: no sirve nada, dame a mí todo lo tangible. Lamentablemente, la velocidad nos hace caer en el escepticismo; no tenemos chance de soñar.
¿Qué busca el reformista? El reformista dice: deja de solo soñar, porque pierdes validez, pierdes la aceptación del mercado. Pero sí se puede buscar la eficiencia empresarial que tanto buscan y necesitan los empresarios hoy en día, sin dejar de lado la noción de justicia, vital para mantener el foco en lo realmente importante: el desarrollo del ser humano.
¿Por qué es indispensable centrarnos en el humano? ¿Y cómo lograrlo en un entorno cada vez más tecnológico. El ser humano es un ser social. La empresa se creó como una realidad social, no porque había una persona que necesitaba hacer dinero, sino porque nosotros crecemos como humanos en sociedad. Las herramientas que tenemos hoy para medir y elevar la eficiencia son prácticamente infinitas. Pero para el reformista a esa eficiencia hay que agregarle justicia.
El ser humano tiene que ser el centro de la actividad empresarial. Cada vez siguen surgiendo más tendencias empresariales, que los empresarios deben ir adoptando de manera acelerada y responsable. Y entonces empiezan a surgir las preocupaciones: la noción del valor y cómo ha ido cambiando con el paso del tiempo; el desempleo; cómo se ejerce la competencia hoy en día; el capitalismo consciente; el orden social. Todas estas preocupaciones son temas fundamentales para el líder reformista y las mantiene en su radar de manera constante.
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Estilos directivos: liderazgo autoritario y liderazgo transformacional
En el ámbito empresarial y organizacional, el consenso actual de los especialistas es que existen 11 estilos de liderazgo. Como verás, no se menciona al liderazgo reformista, ya que, como mencionamos más arriba, el término suele relacionarse más con el contexto político. Es por eso, también, que suele confundirse al liderazgo reformista con el liderazgo transformacional, ya que comparten varios rasgos.
Pero, sobre todo, es muy poco probable que hayas escuchado hablar sobre el directivo reformista en otro lugar que no sea el IDE, porque esta tendencia es completamente nueva y en este blog te ayudamos a mantenerte un paso adelante.
Por eso, queremos recordarte cuáles suelen ser los estilos de liderazgo más común, para que tengas un panorama más claro de cómo ha evolucionado el ámbito de dirección empresarial y cómo el líder reformista surge como la opción más coherente para un ámbito empresarial en constante evolución.
En ese contexto, el concepto del directivo reformista es el de un superdirectivo, entendido como una especie de superhéroe del liderazgo, un directivo que tiene un cerebro tan desarrollado que es capaz de poner pausa y recordar: el ser humano tiene que ser el centro de todo esto.
Estos son los 11 estilos de liderazgo más comunes:
1.-Liderazgo autoritario (autocrático): el líder tiene el control total y toma todas las decisiones importantes. Es útil en situaciones que requieren acción decisiva o cuando el líder es el más experto, pero puede sofocar la creatividad y ser percibido como negativo.
2.-Liderazgo participativo (democrático): el líder fomenta la colaboración y la participación de todos en la toma de decisiones. Es efectivo para generar contribuciones de alta calidad y compromiso, pero puede ser menos productivo que el liderazgo autoritario y requiere la participación activa de todos.
3.-Liderazgo que delega (laissez-faire): el líder ofrece poca orientación y otorga total libertad al equipo para tomar decisiones. Puede funcionar bien con equipos altamente calificados y autónomos, pero a menudo conduce a la menor productividad y falta de claridad en roles y responsabilidades.
4.-Liderazgo visionario: el líder tiene una visión clara del futuro y motiva a otros a alcanzarla. Es útil en tiempos de cambio o cuando se necesita una dirección clara, pero puede descuidar las tareas a corto plazo y rechazar las ideas de otros.
5.-Liderazgo estilo “coaching” (entrenador): el líder identifica las fortalezas y debilidades de los miembros del equipo y los ayuda a mejorar. Es efectivo para crear un ambiente motivador y desarrollar habilidades, pero requiere tiempo y paciencia, y solo funciona si los miembros del equipo están abiertos a recibir coaching.
6.-Liderazgo afiliativo: el líder se centra en construir relaciones y fomentar la armonía en el equipo. Es útil para crear un ambiente positivo y colaborativo, especialmente en equipos nuevos o durante crisis, pero puede descuidar la productividad y los objetivos de la empresa.
7.-Liderazgo democrático: similar al liderazgo participativo, fomenta la participación y el intercambio de ideas, lo que lleva a una mayor creatividad y compromiso. Funciona mejor en equipos experimentados y puede ser menos efectivo en situaciones que requieren decisiones rápidas o con miembros menos experimentados.
8.-Liderazgo que marca el paso: el líder es un modelo de productividad y espera que el equipo siga su ejemplo. Es eficaz cuando se establecen requisitos claros y se motiva al equipo a cumplir con los plazos, pero puede generar estrés y desmotivación si los miembros del equipo no pueden seguir el ritmo o se sienten microgestionados.
9.-Liderazgo dominante: el líder establece metas y objetivos claros y espera que el equipo los siga. Es útil en situaciones de emergencia o con equipos poco calificados, pero puede sofocar la creatividad y generar desmotivación si se usa de forma exclusiva.
10.-Liderazgo transformacional: el líder inspira y motiva al equipo a través de la confianza y el respeto. Fomenta el desarrollo individual y el trabajo en equipo hacia una causa común, pero puede pasar por alto tareas pequeñas y generar presión si el líder está constantemente involucrado.
11.-Liderazgo transaccional: el líder utiliza recompensas y castigos para motivar al equipo. Es útil en situaciones con problemas claramente definidos o en crisis, pero puede limitar la creatividad y no fomentar el apoyo emocional ni el reconocimiento de las iniciativas individuales.
¿Dónde cabe la postura de un directivo reformista? Se trata de encontrar el equilibrio entre la avalancha de tendencias empresariales que tenemos ahorita, que son fundamentales y que hay que conocerlas y estudiarlas y estar todos al tanto, aplicando toda la capacidad intelectual para desarrollar todas estas nuevas tendencias. Pero esto tiene, por otro lado, un componente vital: el ser humano. Qué hacemos en nuestra red de escuelas: poner al ser humano en el centro.
¿Entonces el liderazgo reformista y el liderazgo transformacional son lo mismo?
No. Esta pregunta surge a menudo y es una confusión común que solo verdaderos especialistas saben resolver. Si bien ambos tipos de liderazgo son valiosos en diferentes contextos, es importante reconocer sus diferencias fundamentales. Un líder reformista se enfoca en mejorar lo existente, mientras que un líder transformacional busca llevar a la organización a un nuevo nivel a través de cambios profundos y una visión inspiradora.
¿Qué necesitamos que desarrollen los empleados de un líder reformista? Necesitamos que no solamente los empleados dominen sus habilidades duras, sino también volver a darles más peso a las habilidades blandas, a su capacidad de tomar decisiones.
Líder Reformista:
- Busca realizar cambios graduales y mejoras incrementales dentro del sistema existente, abriéndose al cambio, pero investigando y analizando.
- Se enfoca en optimizar procesos, corregir ineficiencias y solucionar problemas específicos, poniendo al humano en el centro.
- Su objetivo es mejorar el funcionamiento actual de la organización sin alterar su estructura fundamental, buscando su desarrollo económico, pero siempre respetando el concepto de justicia.
Líder Transformacional:
- Inspira y motiva a sus seguidores a trascender sus propios intereses individuales por el bien de la organización.
- Promueve una visión compartida y desafía el status quo para lograr cambios significativos y duraderos.
- Busca transformar la cultura organizacional, redefinir metas y llevar a la empresa a un nivel superior.
En Conclusión
¿Qué es un líder reformista? Para Patricio Vergara, es aquel que dice: ¡No seamos escépticos! Subámonos a este barco maravilloso que es la tecnología. Pero no dejemos de reconocer el lado humano. Para Vergara, es indispensable que no dejemos de ver a la empresa como ese espacio social, en donde nos preguntamos: cómo conecto con el ser humano, cómo conecto con la sociedad, cuál es mi propósito.
¿Y cómo seguirle el paso a la tecnología sin perder el norte? Nunca vamos a avanzar a la misma velocidad de la tecnología, pero sí podemos aplicar un mayor esfuerzo a la búsqueda constante de la conciencia, aquella que nos permita ser líderes equilibrados que abracen las tendencias y las tecnologías, pero sean capaz de ver mucho más allá de ellas.
Fuentes:
Pódcast: Mentes en Expansión IDE
https://asana.com/es/resources/leadership-styles
https://scs.georgetown.edu/news-and-events/article/5358/five-qualities-transformational-leader
https://www.redalyc.org/pdf/206/20631321003.pdf
https://www.files.ethz.ch/isn/55651/2007_Unconventional_Crises.pdf