¿Qué nos espera en el panorama económico global? Jorge Monckeberg del IDE conversó con América Economía al respecto. No dejes de leer sus reflexiones; te permitirán anticiparte a los cambios, tanto si eres empresario como consumidor.

Panorama global: los principales actores

Muchos nos preguntamos cuáles son las perspectivas que se están manejando para la economía mundial durante el 2023. Todo parte de los principales protagonistas de la historia; es decir, los países más poderosos del mundo, sus intereses y los movimientos económicos que están llevando a cabo a escala global.

En general, observamos un fuerte aumento en los precios en los países desarrollados. Esto provocado, en parte, por la emisión monetaria del año 2020 y 2021 con el objetivo de paliar los efectos de la pandemia. Se suma el alza de precios en algunos alimentos producto de la guerra en Ucrania, además del alza de precios por la reactivación de la economía luego del encierro por el COVID-19. No todo se debe a la inflación de la moneda, pero los bancos centrales están elevando las tasas de interés para frenar el alza de precios. Muchos inversionistas temen que esto podría provocar una recesión en el 2023, debido a la contracción monetaria.

Estados Unidos y Europa

Los bancos centrales están nerviosos. Estados Unidos tiene una economía más robusta que la europea y es posible que aumente más las tasas de interés que los europeos. A consecuencia de esto, el dólar se ha fortalecido y está a la par del euro. En Europa hay mayor temor a una recesión que en
Estados Unidos. Las restricciones de Rusia, a la venta de gas y petróleo, seguramente van a frenar la actividad económica en Europa. Además, se estima que algunos países gastarán más en armamentos por temor a que la guerra se extienda por todo el continente.

China

China está sufriendo una burbuja inmobiliaria, aunque tiene controlada la inflación. Por otra parte, tienen una actividad económica reducida por un temor exagerado al COVID-19, cuando ya no parece tan peligroso. La disminución de la construcción puede afectar a los países que exportan maquinaria y materia prima a China.

Ecuador y América Latina

Los escenarios antes descritos podrían complicar los planes y expectativas respecto a la economía nacional, tomando en cuenta que este 2022 sentimos ya que la reactivación está en marcha, luego de lo peor de la pandemia.

Ecuador tiene un porcentaje alto de deuda respecto del PIB y por tanto un costo financiero elevado. Las posibilidades de financiamiento con el FMI son remotas debido a las exigencias del sector indígena que obligaron a mantener los costosos subsidios a los combustibles y complican el cumplimiento de los compromisos fiscales. Quizás se deba acudir a la China para conseguir dinero, (más caro) y paliar así el déficit fiscal del próximo año. El riesgo país está en 15%, cuando lo normal es 8% o 9% para Ecuador. La incertidumbre política es la causante de esa alza. El subsidio a los
combustibles hace menos probable el pago de la deuda del país.

¿Por dónde podría venir el peor impacto y cómo el país –tanto el gobierno como los sectores productivos- deberían anticiparse? Si caemos en una recesión mundial habrá dificultades en el sector comercial. Pero lo más importante es el acceso al financiamiento internacional. Para disminuir riesgos habría que minimizar el costo de los subsidios, siendo el principal el combustible. Eso permitiría llegar a un acuerdo con el FMI con tasas de interés más bajas. Pero esto dependerá de que se puedan cumplir las metas de reducción del déficit fiscal. Una exigencia muy elevada podría provocar un descontento en la población que deberá reducir sus gastos y dar entrada a algún tipo de populismo.

Para sortear esta crisis, los empresarios tendrán que ampliar sus mercados externos bajando precios y costos. Pero quizás la mayor dificultad para crecer depende de factores internos del país. Hay que trabajar en una mayor seguridad política y jurídica y disminuir la rigidez en el mercado laboral. También es importante hacer más eficiente el trabajo de la administración pública junto con una reducción del tamaño del sector público. Por ahora, la dificultad para gobernar proviene de la asamblea y del sector indígena principalmente. Sin duda, estos factores limitan la inversión extranjera y nacional.

Los sectores más afectados

Ante una recesión mundial, los sectores exportadores pueden tener una mayor dificultad. El dólar se ha fortalecido haciendo más costosas las importaciones para nuestros socios comerciales. Esto se compensa en parte con un menor costo de las importaciones.

Durante las recesiones, la tendencia normal es reducir los gastos y las inversiones. Las familias reducen su consumo a lo más urgente: alimentos, salud, ropa, vivienda. Las empresas que trabajan en estos sectores se verán menos afectadas. Por otra parte, quien más debe trabajar es el gobierno para conseguir estabilidad política y jurídica. El referéndum puede ser un gran paso en ese camino.

El futuro

El panorama no es demasiado alentador. El crecimiento del PIB fue de 4,2% en el año 2021, luego de caer 7,8% en el 2020. Se proyectaba un 4,3% para el 2022; pero el paro indígena y la incertidumbre política hacen prever un crecimiento del 2,5% para el año 2022 y un valor semejante para el año 2023.

Ecuador ha crecido a tasas muy bajas desde el 2015 a esta fecha. En promedio el crecimiento del PIB ha sido negativo entre el año 2015 y 2021. Hay factores que impiden un crecimiento mayor de la economía y no parece que esos motivos hayan cambiado. La incertidumbre política y judicial desincentivan la inversión, influyendo en alguna medida en el crecimiento de la economía. Lo más inteligente será tomar medidas de contención y prevención, tanto en el ámbito de la economía
familiar, como empresarial.

Autor:

Jorge Monckeberg, Profesor de Finanzas y Antropología en el IDE Business School. Director Financiero del IDE Business School.

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