A menudo nos resistimos al cambio. Sin embargo, en el entorno empresarial, dejarnos llevar por él podría ser, precisamente, lo que nos genere mayor estabilidad y sostenibilidad. Te contamos por qué.

Inestabilidad: lastimosamente, se ha vuelto una palabra que define a nuestro país en todos los frentes; y ni hablar del sector empresarial. Cada vez se ha vuelto más difícil adaptarse al complejo y cambiante entorno económico y político. En este contexto, muchos CEO se preguntan “¿Cómo adaptarme a los cambios inciertos que se dan constantemente en el país, y mantener a flote mi empresa?”.

En IDE, siempre buscamos incluir la visión de verdaderos expertos y esta vez queremos compartir el punto de vista de Rodrigo Andrade, profesor de dirección de empresas en el IDE Business School. Para Rodrigo, la experiencia ha demostrado que la transformación de los modelos de negocios no puede ser opcional y le dedicó una charla completa a explicarlo.

Y es que para Rodrigo tal vez no se trate de aprender a adaptarse a los cambios, sino de anticiparse a ellos e incluso acostumbrarse a un sistema que está en constante transformación. ¿La clave para lograrlo? Atreverse, para empezar, a hacer un cambio esencial de visión.

Hace poco, Rodrigo ofreció una charla llamada “Desafíos y estrategias para liderar la transformación empresarial en un entorno complejo” donde tocó este tema. El encuentro resultó altamente sorprendente para quienes tuvieron el gusto de escucharlo. Y es que pocas veces se nos dice que para sostener una empresa en el futuro debemos realizar cambios constantes en todas las áreas. Pero eso es justamente lo que Andrade propone.

¿Qué, entonces, debería hacer un CEO para lograr construir una empresa capaz de estar en constante cambio? ¿Y cómo es eso compatible con la noción de estabilidad que no se puede abandonar, si queremos tener una estructura empresarial sólida?

El secreto está en encontrar el equilibrio. Por supuesto, no se puede sostener una empresa que tenga cambios drásticos cada mes o incluso cada año. Pero, tampoco podemos crear empresas que cambien cada década. Lo más importante es, sobre todo, que la noción de transformación y de adaptabilidad estén en el ADN de la organización: “Debe existir una mentalidad de transformación en la empresa” afirma Rodrigo.

Para Andrade, el CEO debe ser, entonces, quien facilite que ese cambio sea permanente y no eventual. Debe ser quien guíe al equipo para que la transformación suceda. El cambio no puede ser un fenómeno imprevisto. Debe ser pensado y planificado antes de que se lleve a cabo y debe tener establecido un grupo de procesos para distintos escenarios que nos preparen para todo, “porque un gran porcentaje de esos cambios fracasa” aclara Rodrigo.

El CEO debe estar dispuesto a navegar esas inestabilidades temporales, en pos de un bien más alto, pero siempre con una hoja de ruta bien trazada: “Siento que muchas veces, y en el entorno ecuatoriano, el empresario se dedica primero a generar acciones o a reaccionar a la competencia; a veces ve a la tecnología como un fin, pero realmente es un medio para alcanzar los objetivos estratégicos” explica Andrade. Así, es importante, también, comprender que el cambio no debería ser visto como un mal o un problema. No son solo los países inestables como el nuestro los que se encuentran sujetos a cambios drásticos y rápidos. Sucede en todo el mundo, por distintos motivos: cambios tecnológicos, cambios sociales, cambios en el entorno empresarial, etc. “Eso nos cambia rápido y nos obliga también a hacerlo permanentemente en los negocios” observa Andrade.

El primer paso para generar cambios en la empresa es analizar el tipo de equipo con el que cuento. Por naturaleza, las personas nos resistimos al cambio. Y esto es especialmente notorio en el entorno laboral, por estar directamente atado a nuestra supervivencia. Por eso, el CEO debe tener la habilidad para motivar a sus empleados y mantenerlos interesados en las transformaciones que necesita llevar a cabo la empresa.

Aquí, la cultura empresarial juega un rol fundamental. Esta debe ser flexible y adaptable y deberá ser reconsiderada y replanteada, si es que sus fundamentos son la rigidez y el excesivo control. El cambio no puede surgir en entornos así. “Actualmente, se requiere menos del control, de los procesos rígidos. Se requiere gente muy creativa, innovadora, que proponga ideas. Si la empresa se sigue enfocando en una cultura muy controladora y rígida, no es terreno fértil para generar ideas” explica Andrade.

Algo que Andrade considera una señal de que en el Ecuador aún no estamos avanzando como deberíamos es que, a pesar de todo lo que vivimos durante la pandemia, se haya vuelto al trabajo presencial como una obligación rígida. Sin embargo, no pierde el optimismo y cree que es factible realizar una transformación de la visión empresarial en nuestro país: “En general, sí podemos ver oportunidades de mejora en la gestión del Ecuador” dice.

Para lograr la transformación, es fundamental plantearnos las preguntas correctas como empresarios. Cada cierto tiempo debemos volver a cuestionarnos: quién es mi cliente, si seguiré vendiendo el mismo producto o servicio; cómo lo puedo variar; cómo tomarán mi oferta las siguientes generaciones, etc.

¿Y cómo se ve el cambio una vez que es ejecutado?

Para ilustrar su propuesta, Rodrigo pone el siguiente ejemplo de una empresa productora de vinos de España que cambió drásticamente la oferta de su producto: “En esa bodega antigua, el CEO que llega decide cambiar la estrategia del negocio para pasar de producir para terceros o hacer vinos sin diferenciación, a tener un producto con denominación de origen que mejora su percepción en el mercado”. Si una empresa vinícola con años de tradición es capaz de cambiar radicalmente su oferta, cualquier empresa puede lograr adaptarse al cambio. Solo se necesita la voluntad, la decisión y el priorizar una visión estratégica que nos permita ejecutar la transformación de manera inteligente. ¿Te atreves? ¡Estaremos aquí para guiarte!

Autor:

Rodrigo Andrade Dessommes

Es Ingeniero Industrial y Sistemas del Tecnológico de Monterrey (México), con un MBA en el IDE Business School, en donde es profesor de Dirección Estratégica. Trabajó en Banco Guayaquil, donde alcanzó el cargo de vicepresidente de Banca Personal y PYME, fue CEO de BANISI (Panamá) y se desempeñó como CEO de peiGo, una billetera virtual para el segmento no bancarizado. Fue director de Datafast y Banred. Actualmente dirige dynamO, consultora de estrategia y transformación.

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